Massive Attack | Blue Lines

Cuando hablamos de los noventa debemos hacer ciertas paradas obligatorias de acuerdo a la zona geográfica: una de esas paradas es en un lugar llamado Bristol en Inglaterra, donde su escena underground marcó un punto referencial que sentaría las bases del sonido posterior –tanto en la década de los noventa como en la década del 2000–, y continuaría hasta hoy influyendo a músicos en diferentes géneros y estilos. Allí en Bristol, de la cultura del graffiti, de las artes visuales y de las subculturas inglesas inconformes de esos años, nace una de las bandas más trascendentales de todos los tiempos: Massive Attack.

Massive Attack nace a finales de los ochenta, pero es en 1991 donde lanzan su álbum debut “Blue Lines”, primer álbum de la historia en ser considerado (algunos pocos años después) como el álbum que inicia el Trip-Hop como género. Este álbum presenta una notable originalidad, rompiendo la lógica a la que estábamos acostumbrados con estilos anteriores como el Rock y el Hip-Hop, e incorporando un sonido profundo y oscuro, con influencias del soplen word, la poesía, el downtempo y la música concreta.

“Blue Lines” cruza frontera entre la música electrónica, el sampling (técnica utilizada en el Hip-Hop para cortar canciones de otros artistas y crear a base de algunos sonidos), el soul y el jazz sin que quede mal. Este álbum hay que dárselo completo, de inicio a fin. Quisiera poder resaltar una sola canción por encima de las demás pero es tan difícil que sólo podemos ponerlo a sonar completo y dejarnos llevar por su característico sonido.

No es raro sentir en este trabajo ese grado de experimentación tal que les empujó en esa y sus producciones posteriores a llevar al límite aquel poder expresivo e introspectivo que les caracteriza. Escuchar este álbum es escuchar nuestra propia voz en las voces de otros, que nos retraten de pronto y que nos cuenten historias esquizofrénicas, que entremos en habitaciones escasamente iluminadas para volvernos locos de soledad o terror y que alucinemos con los demonios internos que siempre han estado al asecho.

Aquí compartimos el videoclip de la canción “Unifinised Simpathy”, dirigido por el director Baillie Walsh.

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